La cochinilla del Olivo es considerada como la plaga más seria del olivo en ciertas localidades. Es una plaga prolifera y polífaga. De cuerpo ovalado y de color negruzco, mide entre 2 a 6 milímetros con un relieve en la parte superior en forma de una H transversal. La cochinilla del olivo se reproduce por partenogénesis. Los huevos son protegidos bajo el escudo hasta su emergencia. Las ninfas migratorias que emergen son móviles y las ninfas migran a las hojas, ramas y tallos del olivo, donde permanecen inmóviles el resto de sus vidas.
DAÑO
Las hembras de las cochinillas succionan la savia de las plantas. Su alimentación provoca atrofia, clorosis, defoliación y marchitez en los cultivos. En altas densidades puede provocar el debilitamiento de brotes. Las cochinillas secretan grandes cantidades de mielecilla, que es un sustrato para un grupo de hongos: la fumagina.
La fumagina es de color negro y puede manchar la fruta, disminuyendo los porcentajes de empaquetado, causando un retraso en el desarrollo del color de la fruta. El potencial fotosintético, especialmente de los árboles jóvenes, puede verse afectado negativamente si la cobertura de fumagina es severa. Las pérdidas económicas pueden alcanzar el 80% de la cosecha anual.
Las cochinillas son plagas fitosanitarias, por su presencia en los frutos, esto disminuye los volúmenes de fruta exportable al ser una plaga cuarentenaria en algunos mercados de exportación (EE. UU., Japón y otros) por lo que su presencia puede provocar el rechazo de la fruta y poner en riesgo estos importantes mercados en el futuro.
Existen enemigos naturales específicos para diferentes especies de cochinillas.
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