La vid (vitis vinífera L.) pertenece a la familia de las Vitáceas. Es una planta rústica, semileñosa o trepadora, adaptada a una gran variedad de suelos. Sin embargo, el clima de cada área productiva tiene influencia en el estilo de vino producido. La producción de uva de mesa está destinada principalmente al consumo en fresco, a diferencia de las uvas cultivadas para la producción de vino. En el mercado, existen uvas de formas redondeadas o alargadas, de diferentes colores y tamaños y que pueden presentar o no, semillas en sus bayas. Algunas variedades de uva de mesa cultivadas son: Red Globe, Crimson Seedless, Thompson Seedless (Sultanina), Flame Seedless, Sugraone, Autumn Royal y Black Seedlees.
Las plagas pueden ocasionar graves pérdidas de rendimiento en los parrones o hacer que la planta se debilite, disminuyendo su rendimiento. Incluso, en algunos casos, estos organismos pueden llegar a ocasionar la muerte de la planta. Las vides son particularmente propensas a las infestaciones de diversas plagas.
Por este motivo es necesario realizar un adecuado monitoreo como parte del manejo integrado de plagas (MIP) dentro del huerto, para, de este modo, tomar decisiones adecuadas y poder elegir la mejor estrategia de control. Es recomendable realizar siempre el monitoreo sobre la base de las plagas presentes, así como de los insectos benéficos.
Plagas y enfermedades
El enfoque multifacético de BioBee para el manejo integrado de plagas (MIP) emplea múltiples estrategias para lograr reducir las poblaciones de insectos a niveles tolerables. Además de la liberación gradual de insectos benéficos específicos sobre el hospedero, BioBee se enfoca en promover el uso racional de los métodos químicos, fomentando en los agricultores el monitoreo y el uso de pesticidas selectivos “de menor toxicidad”. Esta estrategia ayuda a los agricultores a dejar de usar productos químicos “de mayor toxicidad y amplio espectro”, que son peligrosos para la población humana y el medio ambiente, además de tener residuos de mayor persistencia.
El uso conjunto de estas estrategias junto con un manejo cultural adecuado, ha demostrado favorecer el rendimiento de los cultivos comerciales incrementando, como resultado, las ganancias para el productor.
Gracias al aporte que BioBee hace a través de sus programas de control plagas, los clientes pueden cumplir con la estricta legislación europea, de EE. UU., Japón y otros países con respecto a los LMR (Límites máximos de residuos), así como también los requisitos de GAP (Buenas Prácticas Agrícolas), incluido GLOBAL GAP (un estándar voluntario requerido por muchas cadenas de supermercados en Europa). De este modo, Los productos cultivados con BioBee requieren un uso mínimo de pesticidas.
El personal de BioBee está ampliamente capacitado en el reconocimiento de plagas y sus enemigos naturales, así como en el monitoreo de insectos través de su biología y comportamiento, trabajando directamente con los productores para implementar un programa MIP a la medida que satisfaga sus necesidades específicas. Este programa personalizado se implementa con éxito bajo la supervisión y orientación continua del personal de BioBee.